Hacía tiempo que no publicaba en redes sociales. No es bueno que sepan de las aficiones, gustos, intereses o afinidades ideológicas de uno. Hay gente perra que luego te la puede jugar a la mínima. Pero lo de estos días en Valencia es el colmo del esperpento. Clama al cielo, si es que existe.
Los chavales de Valencia (o “enemigos”, según el jefe superior de Policía de la Comunitat Valenciana, Antonio Moreno) protestaban por las precarias condiciones en las que tienen que dar clase. Son jóvenes estudiantes que demandaban tener calefacción y electricidad en el aula. Algo que hasta ahora a todos nos ha parecido obvio y que puede empezar a no serlo tanto con la inmensa cantidad de recortes que están haciendo desde Europa. Es triste, pero nos inculcan que hay que ir acostumbrándose. Impuestos directos e indirectos para los ciudadanos; liquidez para los bancos. Podríamos hacer recuento de lo que le supone al Estado la reducción del gasto público y el aumento de ingresos gracias a la subida de impuestos. Saldrían muchos ceros. Y el dinero para sanear la banca, otros tantos ceros. Quizás cuadren si los comparamos. Pero este no es el caso. Hoy toca hablar de Estado de Derecho.
Cuando sentimos que las cosas no van bien, salimos a la calle a protestar y a exigir a nuestros representantes en el Parlamento (políticos, creo que se hacen llamar) que cambien el timón. Es un toque de atención. Se puede hacer de manera sosegada, tranquila y sin violencia. Y es ésta la manera adecuada, la más ejemplarizante, que da a una sociedad el valor que merece. Para mí, el paradigma de esta situación se vivió hace poco menos de un año, allá por el 15 de mayo, días antes de las elecciones municipales en España. Lo que vino después distorsionó el significado de lo que aquellas jornadas: muchos dejamos de asistir (me incluyo, porque estuve, sin ningún rubor y orgulloso de lo que para nosotros representaba) y el asunto fue tomando una deriva perniciosa para los intereses que en los primeros días se habían puesto en común. Justo lo que algunos pretendían, para desprestigiar el sentido de aquellas manifestaciones.
Y ahora vienen los altercados en Valencia. Con la excusa de los radicales, antisistemas, socialistas y demás sujetos que orquestan huelgas y manipulan a los manifestantes, todo vale. “La izquierda, con métodos de la izquierda y objetivos de la izquierda”, decía Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, en declaraciones a la COPE. Yo no sé a qué tipo de izquierda se refiere esta mujer. Se ha quedado un poco anclada en la terminología de fachas y rojos, ahora evolucionada a de derechas e izquierdas.
La señora no se ha dado cuenta de que la izquierda mayoritaria en España ya no es izquierda, debido a las actuaciones al gusto de Merkozy en la última etapa de gobierno. Luego en las elecciones de noviembre, su actitud le pasó factura. Tampoco era algo difícil de deducir, pero, por si quedaban dudas, me refiero al PSOE. Ahora es el chivo expiatorio: ya que estamos, venga más mierda encima y culpémosle de todo, hasta de la muerte de Manolete, como hace la alcaldesa de Valencia. Una mayoría absoluta y los apoyos de sus colegas neocons en Europa avalan todo lo que digan o hagan.
El Partido Popular achaca la actuación de la Policía Nacional al hecho de que la manifestación no se había comunicado (es ilegal) y al delito que supone cortar el tráfico. También hace referencia a la presencia de gente ajena a la protesta entre los manifestantes, que eran los instigadores de las concentraciones. “No hay recortes en educación”, aseguran. Todo ello viene recogido en un documento facilitado por el PP a los cargos del partido que lo solicitan, según afirma El País.
Y yo me pregunto: ¿es legal recortar gasto social a instancias de unas instituciones europeas obsoletas, sin consultar primero con el pueblo? La respuesta la da el precedente griego. Papandréu, expresidente griego, se encontró con cuentas falseadas por los dirigentes conservadores en su anterior etapa de gobierno. El líder socialista, que asumió el poder en 2009, dimitió a principios de noviembre pasado, tras intentar someter a referéndum popular el rescate griego por parte de Europa. El plan exigía recortes a todos los niveles a cambio de muchos ceros. Bancos alemanes y franceses son los que más deuda helena poseen y dicho rescate, concedido ahora, servirá para efectuar dichos pagos. Como decía Alfonso Guerra: “El que se mueva no sale en la foto”.
No niego la provocación a las fuerzas policiales en Valencia, donde es probable que elementos ajenos a la manifestación que se estaba realizando se pasasen de la raya. Tampoco lo afirmo, porque no estaba allí. A mí sólo basta con ver videos donde agentes antidisturbios se ceban con gente que concurría a la protesta o que no lo hacía. Bendita tecnología.
Después de echar un vistazo, tampoco es para tanto. Estás hablando tranquilamente con unas amigas y…. ¡bofetón y gafas destrozadas! Encima de que te las rompen para que te compren tus padres unas nuevas, vas y te enfadas… ¡Y la señora que se queja de que la empujan y la zarandean! Hacía cuánto un hombre no la tocaba, por favor…O las chicas que gritan porque un policía las ha empotrado contra un coche en marcha, vaya quejicas, ¡si es que el hombre pensaba que las iban a atropellar y las ha salvado!
Todo lo del párrafo anterior, de manera obvia, es puro sarcasmo, como espero que lo sea el del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, cuando dijo que “al admitir excesos, aludía a los radicales”. No hay peor manera de intentar impedir algo con violencia. Ese algo se volverá contra ti. De manera irremediable.
1 comentarios:
Pero Levy cómo no me habías dicho que tenías un blogger??? te sigo!
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