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miércoles, 9 de febrero de 2011

Eclipse de contaminación


40 microgramos por metro cúbico. Es la barrera legal de dióxido de nitrógeno (NO2) que pueden contener las urbes europeas en su atmósfera, según la directiva comunitaria 50/2008. A mediados de enero en Madrid, los índices de la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire se situaban en 46 mcg /m3. El alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz Gallardón, sostiene que este parámetro mejora los 52 mcg/m3, cantidad que heredó a su llegada al consistorio. Oposición y ONG’s critican la pasividad del ayuntamiento y su política de desinformación.

En palabras de José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña, “la península Ibérica está bajo una clásica situación de anticiclón invernal, que provoca una situación de estancamiento del aire”. Refiriéndose a la capital madrileña, añadió que “la contaminación se debe, especialmente en el caso de Madrid, a los gases de combustión que salen por el tubo de escape de cada uno de nuestros coches, y en concreto a la emisión y acumulación de los óxidos de nitrógeno -de ahí ese color marronaceo-, y también al material particulado, especialmente en partículas finas”. En términos coloquiales esta situación ha sido denominada como boina de la contaminación.
A su llegada al consistorio en 2003, Gallardón se encontró con unas cifras nada halagüeñas. Tras siete años de alcaldía, el balance de su gestión medioambiental en comparación con el de su predecesor, Álvarez del Manzano, podría suponerse positivo. Las partículas en suspensión inferiores a 10 micras y las situadas por debajo de las 2,5 micras, se han reducido en un 22% de media. La concentración de monóxido de carbono (CO) ha descendido en un 42%. El dióxido de azufre  disminuyó un 18% desde 2003. El benceno, cuyo límite legal es de 5 microgramos, se ha visto rebajado en un 36%. El único dato negativo que maneja el Ayuntamiento es el referido a la concentración de NO2 por metro cúbico. No cumple con la Directiva Europea 30/1999 ni con la posterior 50/2008, por lo que tendrá que pedir una moratoria a la Unión Europea.
La oposición socialista sitúa el problema en toda la Comunidad de Madrid. El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid, José Manuel Franco, ha explicado que "no es sólo un problema medioambiental, sino de salud pública". El portavoz de IU, Gregorio Gordo, en tono sarcástico añadió que para el PP "la culpa la tiene Zapatero". La rutina de los partidos políticos continúa su escalada de reproches, más sonoros que efectivos en la práctica, al tiempo que la contaminación ensombrece el cielo de Madrid.
Ecologistas en Acción, ONG defensora del medio ambiente, ha realizado el trabajo de campo que la burocracia partidista ya no contempla. La plaza Luca de Tena, situada en un lateral del Paseo de las Delicias, es un lugar poco conocido de la metrópoli madrileña. Aquí se hallaba una caseta con un medidor de contaminación. Hace dos años la plaza tenía una cifra de 74 mcg/m3. El medidor ha desaparecido, según el consistorio, porque había que remodelar la red. Los ecologistas no creen sus palabras y entienden que el hecho de haber retirado las casetas de los lugares más contaminados para situarlas en zonas verdes es una forma de maquillar los datos. Cabe resaltar que la estación de calidad del aire que más anomalías registra es la de Recoletos, ubicada a escasos metros del despacho de la Delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, y a unos cuantos metros más del Palacio de Telecomunicaciones, sede del Ayuntamiento de Madrid.
Carriles bici más anchos, que tan buenos resultados ha dado en urbes como Ámsterdam. Un precio asequible para el transporte público. Una zona centro libre de automóviles salvo para los residentes. Planteamientos de este tipo surgen en la mente de cualquier persona responsabilizada con el medio ambiente. “Los actuales niveles de contaminación no son nocivos para la salud”, afirmaba Botella. En Madrid se estima que al año mueren a causa de la contaminación cerca de 2.000 personas, la gran mayoría enfermos crónicos y ancianos. La cuestión es saber si Ana Botella ha realizado estas declaraciones bajo el efecto nocivo de la polución o es ella quien ha contaminado la estación de Recoletos.

3 comentarios:

A ver, entonces lo de los medidores que han quitado para esconder la realidad hace q Gallardon nos este engañando o como va esto?

pero interesante articulo...
lo estudiare para el examen de informacion en el medio ambiente :D

Jajajajja espero que sólo sea estudiarlo!XDD
si, por lo visto quitan los medidores y los llevan a zonas verdes para que no registren tanta contaminación. Dicen que son órdenes del Gobierno Central XDDD como siempre....no me lo creo!

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