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sábado, 19 de febrero de 2011

Una casa empezada por el tejado

El informe publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) pone en evidencia la actitud de su ex Director Gerente, Rodrigo Rato, en los años previos a la crisis. Tras abandonar el cargo en 2007 debido a motivos personales, en la actualidad dirige Caja Madrid. José Luis Rodríguez Zapatero exculpó al economista español ya que "podía haber pasado lo mismo con cualquier otro director gerente". La actuación de organismos como el FMI o el Banco Mundial (BM) es cuestionada debido a su ineficacia económica.
Según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a finales de 2010, el parqué inmobiliario en España tenía más de tres millones de viviendas vacías. Entre los muros vacíos de estas edificaciones se encuentra gran parte de la riqueza generada en nuestro país en los últimos lustros. Las personas que carecen de una vivienda digna aumentan. La Campaña de las Personas sin Hogar realizada en 2009, asegura que son 30.000 los individuos sin techo en España.
La etapa de Rodrigo Rato como Ministro de Economía de España abarcó las dos legislaturas en las que José María Aznar fue Presidente del Gobierno. La mejora de las finanzas españolas se basó en el crecimiento del sector de la construcción. Los precios de la vivienda se dispararon y la única manera de acceder a un piso era mediante un préstamo bancario. Con una nómina no demasiado elevada y un contrato de trabajo temporal, los bancos se peleaban por conceder créditos. Incluso la opción de ampliarlos era viable si se pasaba por la cabeza algún capricho: todo eran facilidades. Eran los llamados créditos subprime, con riesgo de impago superior y carácter hipotecario.
El gobierno socialista de Zapatero tampoco previó la crisis. La ocultó y negó hasta que las cifras se echaron encima de sus justificaciones. Ambas gestiones ponen en evidencia la mala planificación de la economía nacional. Las controvertidas reformas que acometen unos y las alternativas que nunca proponen los otros no convencen a una sociedad que parece haber perdido la confianza en la clase política.
En el plano internacional la Unión Europea marca las directrices que cada Estado comunitario debe seguir, pero sus efectos no son apreciables. El FMI y el BM tampoco supieron adelantarse a las vicisitudes económicas. Entre los años 2004 y 2007, el Director Gerente del FMI fue Rodrigo Rato. Supone la cuadratura del círculo. Es desmedido achacar al economista español los males del país y la poca previsión del organismo internacional, pero su mentalidad enfocada al beneficio en el corto plazo ha sido clave.
Los Acuerdos de Bretton Woods (New Hampshire, Estados Unidos) fueron las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, realizada en 1944. Se elaboraron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países industrializados del mundo. Una de las decisiones fue la creación del BM y del FMI, así como el uso del dólar como moneda internacional. La operatividad de ambas organizaciones se volvió efectiva en 1946.
La teoría dice que el BM se centra en el desarrollo a largo plazo y la reducción de la pobreza. El FMI actúa en un intervalo de tiempo más corto y se centra en asesorar a los países miembros. La práctica no se corresponde: es muy difícil prever la evolución del sistema económico implantado, ya sea capitalismo o comunismo. En el caso actual, ha sido un informe autocrítico realizado por el FMI el que ha puesto en tela de juicio la utilidad de sendas instituciones: "el FMI no anticipó la crisis, su ritmo ni su magnitud y, en consecuencia, no pudo advertir a sus miembros". Otro de los fragmentos extraídos del texto señala que “mientras el FMI era muy duro con los países emergentes, se mostraba complaciente con los países ricos, en especial Estados Unidos, que acabó siendo el foco de la crisis”.
Winston Churchill afirmó que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. Si trasladamos el sentido de esta frase al actual contexto político y económico internacional, debemos ser pesimistas. Organizaciones supranacionales con funciones poco definidas; partidos políticos abandonados ante la ausencia de líderes carismáticos. Las construcciones se empiezan desde una sólida base. Quizás sea la hora de echar abajo todo y empezarlo como es debido.

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